Fallo de logística

Ya teneís una idea de cómo es mi vida de...ajetreada, y cómo soy de despistada y dispersa, así que supongo que nadie se sorpenderá de saber que hasta las 10 (que me he levantado) de la mañana de hoy no me he acordado de que tenía cita con Hacienda a las 12.15. Si me hubiera acordado, no le habría dicho a mi ex-suegro que viniera a buscar a la niña a la una. Mis otras misiones para la mañana eran: juntar todos los papeles necesarios para lo de Hacienda, incluyendo el borrador, lo del banco, lo del certificado con no-sé-qué letritas del curro (algo de retenciones), el justificante de haber pagado el p*to colegio de licenciados del año pasado, más el de Greenpeace para volver a intentar colarlo (es un rito anual), las nóminas, además de comprar papel de fumar (el estanco cierra pronto), anti-mosquito Fogo (urgentísimo: las dos ya estamos acribilladas a picaduras), comprar huevos camperos e ingredientes para Paella Express en Mercadona (el HiperUsera no tiene huevos camperos, ni cajas de 6), comprar urgentemente líquido de lentillas (la óptica cierra a las 13.30).

Como sé que soy un desastre comprando sin lista sí tuve suficientes tablas para acordarme de escribir una lista hace suficientes días como para haberla perdido bajo otros papeles.

Cuando sonó el despertador y lo puse para 30 minutos más y volvió a sonar es cuando me acordé de Hacienda. Ya conocéis esa sensación de nervios en el estómago, pero rápidamente reaccioné y pensé "Tranki tronka, lleva los papeles que consigas reunir en los minutos que puedas. Si eso, lo peor es que te hagan volver otro día. Lo importante es que la niña esté bañada y decentemente vestida para ir a la Pasarela Cibeles casa de sus abuelos." Desayuno bastante tranquila aunque haciendo mis listas mentales sobre entre otras cosas buscar papeles y la lista de compra. Miro la hora: las 10 y media bien pasadas, calculo y sigo tranquila; voy a despertar a la niña, que es peor que yo durmiendo, y no doy importancia al extraño olor que hay en su cuarto, que achaco a algún "pedete" como les llama alguna gente. Suelta, por cierto.

Hasta que la destapo no caigo: la niña no suele mojar el pañal por la noche, pero aún lleva pañal por si acaso. Salvo anoche, claro, que se me olvidó, claro, porque llegamos tarde y le puse el pijama antes de cenar en vez de después, y claro, al acostarla como ya estaba en pijama se me olvidó. Por primera vez.

Todo empapado: pijama, edredón, sábana, algún peluche... Un beso aquí al inventor/a de la funda impermeable. Si no, creo que habría vuelto a calar a los de abajo. No tengo tiempo para especular sobre cómo alguien puede seguir durmiendo en medio de todo eso.

Los papeles de Hacienda temporalmente eclipsados en mi cerebro por cálculos sobre si me da tiempo poner una colada y tenderla antes de ir para Hacienda, porque la funda del edredón tiene que secarse antes de la noche. Calculo que sí. Pongo la lavadora.

No pensaba lavarle el pelo a la niña hoy para ahorrar tiempo pero con ese panorama no tuve más remedio: niña a la ducha con lavado de pelo incluído (lágrimas, semi-gritos, porque con las prisas peor), secado de pelo (eso le gusta por lo menos), vestirla, sentarla en la trona y servirle el desayuno. Empiezo la caza de papeles para Hacienda e increíblemente encuentro TODO a la primera, ni idea cómo, aún me estoy riendo. Busco en el plano callejero dónde tengo que ir a Hacienda ya que esta vez me mandan a otra sucursal. Pongo vídeos de animales en YouTube para distraer a la niña mientras me ducho yo+lentillas+dientes+vestirme. A las 11.55 se termina la lavadora pero hay que esperar esos minutillos de rigor para poder abrir la puerta. Aprovecho para preparar la bolsa de Allie por si llegamos in extremis a casa y para no tener que subir corriendo 4 pisos, porque el abuelo viene a la una, y suele pasarse de puntual.

Termino de tender a las 12.08. Galopada hacia el coche, conducción macarra por la Avenida de los Poblados, llego a Hacienda a las 12.18 pero van con retraso. Ufff! Demasiado retraso. A las 12.38 me empiezo a preocupar, y pienso si llamar a mi ex-suegro al móvil para avisarle del retraso, pero después me acuerdo de que su número lo tenía en el móvil que me robaron y no en el actual, por circunstancias.

A las 12.41 me llaman. Me atiende un chico muy majo sudamericano que sin embargo habla muy despaaacio. Compenso hablando como una loca espídica y en unos minutos consigo zanjar estado civil, descendencia, trabajo, hipoteca y (lo más importante) lo patético pero mío que desgravo. Me sigue saliendo a pagar, pero hemos conseguido arañarles 50 euros (=un depósito lleno). La impresora se me antoja lenta. El chico me entrega el sobre con todo dentro, le doy las gracias y nos despedimos. Son las 12.54.

Otra galopada hacia el coche, más conducción macarra por la Avenida de los Poblados. Entro en mi calle justo cuando el reloj de mi coche cambia de 12.59 a 13.00. Veo de lejos a mi ex-suegro aparcando. Llego, doy la vuelta, salgo del coche como un policía yankee y le entrego a la niña sin un solo minuto de retraso. Olé y olé.

Minutos de despedida. Me acuerdo del estanco. Me entretengo allí porque me gusta una bolsa de playa morada y fuchsia sin etiqueta y se empeñan en buscarme el precio aunque les digo que no, que otro día, que voy con prisas. Finalmente me dicen 25 euros, que me parece caro, así se empeñan en enseñarme otras bolsas. No sirve de nada decirles que me gustaban esos colores: me enseñan marrones, blancos, etc, hasta que al final me siento culpable por sólo comprar el papel y recuerdo por ENÉSIMA vez por qué no me gusta comprar en negocios familiares/de barrio, pudiendo hacerlo en un sitio donde puedes toquetear todo, mirar los precios, volver a mirar y toquetear todo, y si al final te gusta algo, llevarlo a la caja, pagarlo y ya está, sin tener que intercambiar ni una palabra.

Corriendo a la óptica. Encuentro hueco para aparcar, compro el líquido. Cometo el error de preguntar una cosa sobre el líquido y la señora muy amable me ofrece una muestra de otra marca. Salvo que no lo encuentra y se mete en la parte de atrás de la tienda a buscarlo. Cuando vuelve a salir mi cabeza vuelve a estar llena de cálculos sobre la hora de cierre de la droguería y los posibles huecos para aparcar al lado.

Vuelvo al coche, acelero hacia la droguería. Estoy de suerte y por la hora, ya el filo de las 14h, hay huecos por todos lados. Aparco, entro y encima tengo suerte y tienen Fogo (muchas veces se quedan sin). Otro objetivo conseguido. Sólo me queda Mercadona. :)

Respiro. Mercadona no cierra al mediodía (como tiene que ser!!!!) así que ya más relajada pongo a Static X a todo trapo en el coche y enfilo hacia allí. Contenta además porque a la peña no le gusta comprar a la hora de comer (no es serio) y seguro que está el párking vacío.

Efectivamente. Me bajo del coche y voy a sacar la... LISTA DE LA COMPRA!!!! Oh no, estará debajo de todos esos papeles en el salón. Nooooooooo! :( Qué cojones tenía que comprar? Intento recordar, rodeada de mil distractores en forma de chocolate, queso, jamón...ñam. Recuerdo que ingredientes para la paella: imagino un plato de paella delante de mí con todos sus ingredientes y voy haciendo todos los pasillos: magro de cerdo, pimientos, arroz, pollo, anillas de calamar. Me acuerdo del vino, menos mal! En mi búsqueda del vino más barato potable sin demasiado muecas de asco están el Cariñena de crianza (tinto) y el Viura-Sauvignon (blanco) del Mercadona. 1.99€ y 1.50€ o algo así respectivamente.

En la cola de pagar (corta, es la hora de comer) pienso que puede ser, es posible, se puede dar el caso de que no me haya olvidado de nada esta mañana? Puede ser? Me resisto a creerlo pero...

Sigo sonriendo y con Static X a todo volumen todo el camino a casa, que es donde me doy cuenta de que se me han olvidado los huevos camperos.

:(

Joder.

Desde luego, Polly, hay días en los que no sabes donde tienes la cabeza.

3 comments:

Okok said...

Buf, leyendo todo esto desde la calma de mi cama, menudo estrés! Y ya te imagino en todo el trayecto, modificando la realidad espacio-temporal para lograr hacerlo todo :)

Y sobre lo de comprar en comercios familiares o en grandes superficies, no voy a entrar a trapo otra vez :p

Anonymous said...

Madre mia! A mi tambien me ha entrado estres de leer tus aventuras en la gran ciudad! No echo NADA de menos las prisas de Madrid en ese sentido... Pero tengo muchos dias de "solucionar asutnos" de ese tipo tambien, de conseguir cinco "objetivos" en una manana... :)

Anonymous said...

¡Joder! es lunes a primera hora... y ya me he estresado para toda la mañana.

Conozco la situación, últimamente me ocurre a menudo.

¿De verdad que vas a Hacienda para que te hagan la declaración? Con lo integrada que estás con las nuevas tecnologías ¿cómo es que no la haces desde casa? Hasta yo lo hago desde hace años.

Hasta pronto ;)

 
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